Deportistas por el Bacalao

13 JULIO 2023

Estilo de vida, Noticias

Numerosos estudios indican que la promoción de hábitos deportivos entre una mayoría de la población es un excelente medio para prevenir y tratar enfermedades.

Hasta aquí todo bien, todos sabemos que hacer deporte es bueno, pero ¿cómo de bueno?

¡Muy bueno!

Realizar deporte (no vale verlo en la tele o desde la grada) produce beneficios físicos y biológicos, psíquicos y sociales, y es importantes tanto a nivel terapéutico como preventivo. Vayamos por partes:

Desde el punto de vista físico, el deporte es bueno para el funcionamiento de nuestro cuerpo, tanto a nivel oseo como muscular, e incluso a nivel inmunológico. Vamos que protege nuestras defensas y nos mantiene a tono. Además activa positivamente el sistema hormonal, segrega endorfina (la hormona del placer) y linfa la sangre previniendo la aparición de lesiones y enfermedades. Por no hablar que nos prepara físicamente para el estrés y los retos diarios.

A nivel psíquico, el deporte y el ejercicio físico estimulan la producción de hormonas que mejoran el bienestar personal al aumentar la capacidad psicomotora del individuo y, con ello, la sensación de autonomía. ¿A que sube mejor unas escaleras alguien que está en forma que otro que no se levanta del sofá en todo el día? Pues eso ayuda a la autoestima personal, lo que crea un mejor estado de ánimo.

Desde el punto de vista social, el deporte y el ejercicio físico también ayudan a mejorar la sociabilidad y las habilidades individuales de influencia social, como la asertividad y la autoestima. En el fondo las pachangas con los colegas no son más que una excusa para quedar, el ir al gimnasio con las amigas es otro motivo para cotillear y el salir a correr por la ciudad una buena forma para conocer gente nueva. El deporte es, además, una alternativa a estilos de vida perjudiciales para nuestra salud y una vía para ampliar nuestra red de relaciones sociales.

Entonces si hacer deporte es tan bueno ¿Por qué no lo practicamos más a menudo?

Nuestra sociedad presenta numerosos obstáculos para la incorporación efectiva del deporte en la actividad cotidiana de las personas. En los jóvenes, por ejemplo, el deporte compite con otro tipo de ocio más sedentario, como el ocio nocturno o el ocio digital, en un contexto en el que las horas dedicadas a la formación y al trabajo reducen el tiempo libre. Esta falta de tiempo libre también se observa en la mediana edad, un momento de la vida en el que la persona ha de asumir numerosas responsabilidades laborales y familiares que pueden dejar poco espacio para la práctica deportiva. A esto hay que sumar la cada vez menor exigencia física del trabajo, lo que eleva el nivel de sedentarismo.

¿Qué podemos hacer para practicar deporte si no tenemos tiempo?

Podemos hacer que el deporte forme parte de nuestra rutina, ideas que os proponemos:

  • Ves en bici a trabajar o anda un tramo, si vas en transporte público para unas paradas antes y camina.
  • Sustituye una vez a la semana las cervecitas con los colegas por un deporte en grupo. Por ejemplo un partido de futbol, vóley en la playa si vives en una ciudad costera…
  • Evita los ascensores y usa las escaleras, se fortalecen más los músculos que en llano.
  • Los fines de semana dan para mucho. Déjate de cine y sofá, ponte un buen calzado y sal con los tuyos al monte más cercano de ruta, no necesitas ser un explorador para disfrutar de un buen día de senderismo.
  • Ante todo motivación. ¿Por qué no pruebas ir a clase, trabajo o de compras con zapatillas deportivas? Seguro que te mueves más que con zapatos y te sientes con más fuerza para andar.

De la misma forma, tenemos que cuidar nuestra alimentación. Si hacemos deporte o actividades físicas intensas debemos hidratar nuestro cuerpo y comer alimentos con alto valor nutritivo como el bacalao.

Nosotros os recomendamos que probéis la gama de Angomar “cuídate”, pensada para deportistas y gente “que se cuida”. Productos desalados y que aprovechan todas las cualidades del mejor bacalao, alimento sano y nutritivo como pocos.